
El queso y la leche victimas de injustificadas acusaciones
Publicado el 23/10/2014
Pese a que desde siempre han sido parte de nuestra alimentación y la fuente de calcio más eficiente para nuestros huesos, en los últimos años las acusaciones sobre sus efectos adversos en nuestra salud han hecho mella en su, hasta entonces, impecable imagen.
Los estudios sobre las intolerancias y alergias en la mayoría de las personas, o el simple hecho de que puedan hacernos engordar han hecho perder a innumerables adeptos a estos productos.
Sin embargo un estudio publicado recientemente en “Applied Physiology, Nutrition and Metabolism” en el que participaron más de 250 voluntarios francocanadienses determinaba que los lácteos pueden reducir tanto el riesgo de obesidad como el de padecer diabetes tipo 2.
Estos beneficios a la salud metabólica pueden estar asociados al calcio y a un ácido graso.
Una buena noticia para las empresas de quesos, lácteos y yogures que llevan años luchando contra el injustificado acoso que sufren algunos de sus productos.
Comer queso es sano, al igual que beber leche, (siempre y cuando no se sufra cualquier tipo de intolerancias o alergias, claro está), el límite entre lo saludable y lo que no está en el exceso.
Comer un buen filete es sano, al igual que beber un vaso de leche, ambos alimentos ricos en grasas saturadas, si puede afectar negativamente a una nutrición que pretende ser saludable pero que dejó de serlo con los excesos. De hecho hay estudios que demuestran incluso puede beneficiar la aparición de la diabetes tipo 2.
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