Para hacer la típica masa casera de pizza italiana primero necesitamos mezclar la harina, el agua y el aceite en un bol con una pizca de sal hasta que esté todo más o menos mezclado. Después espolvoreamos un poco de harina sobre la encimera y cogemos la mezcla del bol y la ponemos sobre esta para poder amasarla bien.
El truco de una buena masa de pizza está en el amasado, así que amasamos la mezcla durante 4 o 5 minutos sin parar hasta que la masa se quede totalmente lisa. Si durante este proceso vemos que la masa se pega mucho, añadimos un poco más de harina y seguimos amasando.
Una vez lista, metemos la masa en el bol y la dejamos reposar tapada con un trapo durante 1 hora más o menos, y mientras esperamos podemos ir lavando todas las verduras y cortándolas en juliana (tiras alargadas y finas).
Cuando la masa ya ha reposado, la volvemos a poner sobre la encimera con harina y la estiramos con un rodillo de madera hasta que la masa quede fina. Calentamos el horno a 250ºC.
Con ayuda de una cuchara extendemos la salsa de tomate sobre la masa untándola por toda la superficie excepto por los bordes y empezamos a colocar y repartir las verduras y el queso. Para terminar echamos un chorro de aceite y el orégano y metemos la pizza en el horno durante 10-12 minutos.
A esta pizza se le pueden poner las verduras que más gusten a cada persona, al igual que el queso. Si el queso curado de leche cruda de oveja Manzer os resulta muy fuerte, podéis sustituirlo por queso semicurado de leche cruda de oveja Manzer o incluso mezclarlos si sois unos amantes del queso.
También, añadirle algún ibérico como el jamón o el chorizo que le de otro toque.